domingo, 24 de mayo de 2015

El consejo

En un lugar arcano lejos del universo, de los planetas e incluso de la misma mente, se encuentran un grupo selecto de seres amorfos que discuten entre ellos. Conformado por varios de estos seres ellos saben todo de todo, lo conocen todo y discuten sobre todo. Hablan y hablan  en un plano dimensional dónde no se conoce el tiempo.
Estos grandes seres discuten acerca de lo que pasará al momento siguiente para cada uno de los seres en todo lo que se conoce cómo realidad. Ellos deciden quién se cruzará con quién en la calle, cual bomba será detonada, si alguien ganará un premio, destinan el más mínimo detalle, pensamiento y acción de cada cosa que contenga vida e inclusive de las cosas que son inanimadas.
Cualquiera pensaría ¿cómo es posible esto? Honestamente nadie lo sabe, ellos simplemente saben cómo hacerlo, de qué manera hacerlo y por qué hacerlo. Ellos lo saben todo de una manera total, sin equivocarse y, sin temor a saber si está bien o mal, dan su opinión uniforme sobre cada hojita que caerá del árbol de cada uno de los árboles por toda la realidad. También les dan la creatividad a los artistas sobre cada fina raya que deben de pintar por sobre todo el lienzo. Al escritor le ordenan cuál palabra es más adecuada para usarse en cada oración. Al ingeniero le dicen cómo poner cada número en cada fórmula para que su nuevo invento sea un éxito o, en su defecto y si así lo deciden, fracase matando a la persona si así lo quieren ellos. Deciden el destino final de cada bala disparada por el soldado que se encuentra en la guerra a miles de kilómetros de su hogar. Pueden decidir si usted el lector quiere seguir leyendo acerca de ellos o si se detendrá en la siguiente palabra simplemente porque ese es su deber cómo miembro de la mesa.
Deciden el movimiento de las hojas y a qué dirección irá el viento a pesar de que si el meteorólogo dijo lo contrario. Deben seguir las leyes de la física de cada planeta, claro está y esto se debe a que nadie debe conocer su existencia por decisión suya. Nadie los conoce. Nadie sabe si son reales pero todos sabemos que todo tiene un orden y, queriendo aguadar la realidad, ellos son los causantes de ese orden o del desorden de cada lugar colocado por la irrealidad (Incluso en la irrealidad ya que ésta está creada por algún ser real).
Los humanos y otras cosas vivientes y pensantes les han dado una infinidad de nombres a cada uno de los hechos que se realizan por parte de aquellas personas interespaciales que hablan en el universo. Les han llamado “milagros” les han llamado “pericia”, “suerte”, “fortuna”, “casualidad”, etcétera. Un dato interesante que se sabría ya, con un poco de lógica en mis explicaciones, es que todas esas palabras fueron inventadas por ellos en un arrebato de egocentrismo para que sus creaciones en toda la realidad supieran al menos que todo ocurre por alguna razón y esa razón no puede ser totalmente conocida ya que sus creaciones aún no están terminadas espiritualmente todavía o al menos no lo suficiente para poder llegar a conocerlos y entender su lugar en la realidad.
Todo es inventado por ellos y manipulado por ellos. A ellos no les interesa si está bien o el mal, si es correcto, justo o eterno; pero nada es eterno, ni siquiera ellos ya que cada cierto tiempo escogen a un ser viviente que ellos prepararon desde su concepción para ser parte de ese grupo selecto y poder mover el universo con cada una de las palabras que sus bocas amorfas pronuncian. Estas elecciones de seres para ocupar lugares que ellos mismos dejan son hechas siempre al azar por lo que son muy difíciles decisiones ya que, nuevamente una paradoja, ellos hacen el azar.
Cuando un elemento de ellos decide abandonar su puesto es simplemente para poder convivir con los seres creados y conocer sus acciones físicamente, no solamente desde su puesto en aquella mesa hecha de estrellas. Cuando uno deja su puesto y es enviado al planeta o universo que decide alguien más toma su lugar para no poner el riesgo la balanza de dicha mesa y así poder seguir votando uniformemente. Al morir se pierden en la nada ya que no pueden tomar de nuevo su cargo es por eso que es muy raro que uno abandone su puesto como miembro.
Estos seres han hecho decir a muchos que se llaman “destino”, “Dios” o “dioses” pero jamás han dicho que son seres sino que son simples coincidencias que ocurren por alguna razón ya sea para bien o para mal.
Hace días ellos me han hecho pensar acerca de su existencia ya que saben que nadie me creerá acerca de lo que escribo por ser un simple trozo de polvo en todo lo conocido cómo universo o realidad. Hoy día me han hecho decir acerca de su existencia entre mis palabras y nuevamente en un arrebato muy consciente por ellos de egolatría quieren que yo les llame de cierta manera debido a que esta pequeña parte de la realidad está un poco más cerca del conocimiento arcaico que ellos poseen.
Ellos son: EL CONSEJO. 

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